En esta reputada región del centro de Francia, el vino se elabora a partir de viñedos a lo largo del río Loira y sus numerosos afluentes, con majestuosos castillos salpicados entre ellos. La región del Loira es de fama mundial por sus vinos blancos de Sauvignon Blanc del Alto Loira, incluidos Sancerre y Pouilly-Fumé, su Chenin Blanc del Medio Loira, incluido Anjou-Saumur, y por sus tintos de Cabernet Franc, de Bourgueil y Chinon, entre otros.
Fue en Chinon donde la heroína nacional francesa, Juana de Arco, con solo 17 años en 1429, se encargó de liberar a Francia del imperio inglés. Esta historia de Francia está siempre presente cuando recorres las ciudades y los viñedos a lo largo de su río más largo, que recorre 1.000 km desde el Macizo Central hasta la costa atlántica, pasando Orleans (150 km al sur de París) en el camino.
Las primeras vides llegaron al Loira con los romanos. En los siglos IX al XII, los monasterios y celebraciones religiosas impulsó el desarrollo de los viñedos, y la afición al vino de la realeza francesa impulsó aún más la elaboración en el Loira durante el Renacimiento europeo, particularmente entre los siglos XIV y XVII.
Elaboración en el Loira
La región es conocida por su diversidad geológica, que incluye un amplio abanico de tipos de suelo y microclimas que influyen tanto en las variedades de uva cultivadas como en las prácticas de elaboración utilizadas.
Así que en este caso creemos que es mejor centrarse directamente en cada una de las principales sub-regiones a lo largo de los 1000 km del río Loira.
Bajo Loira
En el bajo Loira, alrededor de Nantes al oeste, los viñedos tienen una clara influencia Atlántica, incluida la humedad. La uva dominante aquí es la Melon de Bourgogne (aka “Muscadet”, the name of the resulting wine style), pariente lejana de la Chardonnay.
Los suelos de esta parte del Loira son diversos, pero en general los viñedos están plantados en suelos con buen drenaje, factor crítico para producir vinos de calidad en esta parte húmeda de Francia. Los vinos blancos del Bajo Loira suelen tener un cierto carácter mineral, y son ligeros y delicados. Otras uvas importantes aquí son la Folle Blanche y la Pinot Gris.
Loira central
A medida que avanzamos desde la costa Atlántica hacia el interior, llegamos a las denominaciones alrededor de Touraine, Chinon, Saumur y Vouvray. Aquí los inviernos son suaves pero los veranos se vuelven más cálidos, dado el clima continental. Esta sub-región está plagada de lugares históricos y famosas denominaciones de vinos, con las dos uvas más apreciadas de la zona, la Chenin Blanc y la tinta Cabernet Franc, alcanzando su máximo esplendor y reconocimiento.
La excelencia de los vinos del Loira central proviene no solo del clima, el más cálido del Loira, sino también de la diversidad de suelos y la variabilidad climática y amplitud térmica. Anjou, por ejemplo, goza de suelos oscuros de esquisto en la zona occidental, que hace que las bodegas no se excaven en profundidad (debido a la dureza de la roca) y suelo que da lugar a tintos muy potentes y estructurados. Por el contrario, a pocos kilómetros de distancia, en la zona más oriental, los suelos son ricos en caliza, perfecta para la elaboración de blancos espumosos (Cremant de Loire), y donde resulta más fácil encontrar bodegas subterráneas. La variabilidad de la zona es realmente sorprendente.
Alto Loira
Más hacia el interior, justo antes de entrar en la zona más septentrional de Borgoña, llegamos a probablemente la región más reconocida del Loira, el lugar de origen de los afamados Sancerre y Pouilly-Fumé. El clima aquí es continental, con veranos agradablemente cálidos e inviernos fríos y nevados.
Los suelos son calizos, de origen geológico marino, así que dando un paseo por los viñedos ¡no es extraño encontrar antiguos restos de fósiles marinos (conchas, caparazones) entre las cepas!
Aquí la reina indiscutible es la Sauvignon Blanc, con la que se producen los magníficos vinos blancos de Sancerre y Pouilly-Fumé, que expresan todo el carácter herbáceo de la variedad y la mineralidad caliza de los suelos de la zona. Aunque también pueden encontrarse excelentes Pinot Noirs, que hacen intuir la proximidad de Borgoña.
Beber jóvenes, luego esperar, y después beber de nuevo
La mayoría de los vinos del Loira, tanto blancos como tintos, tienen muy buena acidez y son muy agradables con sabores frescos y crujientes cuando se beben jóvenes. A partir de ahí viene una fase algo menos expresiva de unos pocos años (3, 4 y 5 años en botella) en la que a menudo es una buena idea beber otras añadas o vinos mientras se espera que llegue su próximo pico de expresión. Durante este periodo “silencioso”, muchos grandes vinos del Loira pueden pierden algo de la frescura original pero todavía son demasiado jóvenes como para haber desarrollado toda su complejidad aromática. Una vez superado ese periodo, los mejores vinos del Loira muestran toda su grandeza y excepcional paleta de matices, y tienen un gran potencial de envejecimiento, mejorando en botella durante otros 15-20 años si se conservan en buenas condiciones. Esto también ocurre en muchos blancos, por ejemplo los de Vouvray, que son famosos por su longevidad.
En los grandes blancos de Sauvignon Blanc la historia es un poco diferente: tienden a ser más tímidos y discretos hasta su tercer año, que es cuando están maduros y son capaces de expresar todo su potencial aromático, y pueden disfrutarse en plenitud en los siguientes 5 años.
Preguntas frecuentes:
¿Qué tienen de especial los vinos del Loira?
Un amplio abanico de estilos y vinos de calidad, muchos de ellos a precios asequibles, que expresan la diversidad de los distintos terroirs de la región.
¿Cuáles son las variedades de uva más típicas del Loira?
Sauvignon Blanc, Chenin Blanc, Melon de Bourgogne, Cabernet Franc.
¿Qué tipo de comida va bien con los vinos del Loira?
Cabernet Francs frescos y de trago fácil para platos ligeros. Tintos más potentes con platos densos y sabrosos. Vinos de Chenin Blanc con vieiras, sushi y cocina especiada. Sauvignon Blancs con queso de cabra y ensaladas.